ASAJA CLM abre un debate sobre el sistema de comercialización de la uva y el vino
viernes, 7 de agosto de 2020 | Agricultura
ASAJA de Castilla-La Mancha ha denunciado que en el actual sistema de comercialización de la uva y el vino siempre pierde el viticultor, por lo que ha decidido abrir un debate para cambiar su posición de indefensión. Así lo acordaba la sectorial vitivinícola de la organización agraria, que se reunía esta semana para analizar la campaña de vendimia iniciada en estos días en la región.
El presidente de la organización, Fernando Villena, ha explicado que “el viticultor conoce los costes de producción, sabe lo que le cuesta la planta, el agua, el abono, la electricidad… y, sin embargo, lo único que no sabe es el precio de su uva”.
Por ello, desde ASAJA CLM han planteado la necesidad de unos precios mínimos de la uva, acordes a la realidad de los costes del cultivo, independientemente de si el producto entra en bodega o en cooperativa, y que impidan que los productores sean los únicos que pierdan rentabilidad. Así, además de la obligatoriedad de que los contratos lleven reflejados los precios, tal y como establece la Ley de la Cadena Alimentaria, la organización agraria defiende que se incluyan medidas para evitar la venta a pérdidas, incluyendo en dichos contratos los costes de producción.
La sectorial ha asegurado que, desde la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) ya están trabajando en este asunto y existe un estudio de costes elaborado por varias universidades españolas, sin embargo, los intereses de ciertos grupos que componen la Interprofesional están retrasando los trámites burocráticos para que salga adelante la propuesta.
La campaña de vendimia se generalizará a finales de este mes, y se prevé una producción por encima del año pasado, pero con unas cifras más bajas a las primeras estimaciones debido, fundamentalmente, al calor y la sequía y a las medidas de mercado que se van a aplicar según han analizado los miembros de la sectorial. No obstante, todo dependerá de la climatología de las próximas semanas para poder ajustar las previsiones.
También se han referido a la mano de obra y a la situación excepcional provocada por el COVID-19 en esta campaña. Sobre este asunto, la sectorial ha explicado que la organización agraria se encuentra preparada para dar respuesta a sus socios, aunque considera que la región no tendrá que enfrentarse a grandes problemas al respecto.
Aun así, la organización agraria ha querido centrar la atención en la posición de los viticultores que, año tras año, se encuentran con el mismo problema al inicio de la campaña: la incertidumbre del sector productor y que, en esta campaña, además, se incrementa por el desconocimiento de cómo se van a aplicar las medidas de mercado en la región.
En este sentido, ASAJA CLM ha recordado que la uva es un producto perecedero y la industria y la transformación se aprovechan de ello. El secretario general de ASAJA CLM, José María Fresneda, ha criticado al respecto que “el sistema de comercialización no puede tener permanentemente arrodillado al agricultor por tener un producto perecedero”.
En la cadena del vino, el único eslabón que asume riesgos es el viticultor, sin embargo, el resto, industrias, cooperativas, agentes comerciales… aseguran sus gastos y no corren ningún peligro. “Los agricultores solicitan créditos de campaña para poder subsistir mientras que la cuenta de resultados de la transformación es a costa del agricultor. Al final, los que financian al resto del sistema de comercialización son los mismos”, ha advertido Fresneda. Y, en el caso de entregar la uva a las cooperativas, los viticultores tienen que esperar meses para cobrar y para saber a cuánto le van a pagar la uva. Así, ni el sistema cooperativo, ni tampoco las Entidades Asociativas Prioritarias de Interés Regional (EAPIR) ofrecen una respuesta para los productores ni les cambian su situación de indefensión, aseguran desde la sectorial.
Por último, la organización agraria ha lamentado que ASAJA CLM haya sido la única que haya denunciado los fraudes en el sector vitivinícola, “porque, mientras el agricultor sale mal parado, el resto se llena los bolsillos”, ha asegurado Fresneda.